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SHEM ME'AL KOL SHEM
Podemos observar con mucha claridad en las sagradas escrituras que el nombre de cada personajes iba en función al propósito de vida de ese personaje. Tenemos el caso del primer hombre sobre la faz de la tierra llamado Adam. Adam en hebreo significa TERRENAL y había sido creado del polvo de la TIERRA. Se entiende que su nombre estaba directamente relacionado con su esencia y origen. También su nombre iba en función con el propósito por el cual Dios lo había creado, que era gobernar sobre la tierra. Dios había creado AL TERRENAL para señorear sobre LA TIERRA. La primera mujer fue Hava (Eva) que es una palabra hebrea que significa “aquella que da vida” o “fuente de vida,” nuevamente mostrando que su nombre iba en función con su propósito, ya que fue ella el medio que Dios utilizó para propagar la vida en la tierra.
Es muy evidente también el hecho de que cuando cambia el propósito de la vida de un hombre, Dios por consiguiente cambia el nombre de aquella persona. Tal vez los ejemplos más comunes y concisos son los casos de Abram y Yaacob. Abram significa padre de un pueblo. Irónicamente Abram era un hombre de edad muy avanzada que no tenía hijos y su esposa era estéril. Lo más probable es que en el corazón de Abram en ese momento vivía el deseo de convertirse en padre de al menos un hijo. Pero un día Elohim (Dios) llama a Abram y le hace un juramento. Le dice que él sería padre de muchedumbres y que por medio de su linaje bendeciría a todas las familias de la tierra. Algo que parecía imposible, ahora se había vuelto en el propósito y el llamado de la vida de Abram. Es justo ahí, cuando Dios le cambia el nombre de Abram, que significa padre de un pueblo, a Abraham, que significa padre de muchos pueblos. Es por eso que ahora le llamamos el “padre de la fe,” ya que se convirtió en el padre de millones de millones de descendientes. Al cambiar el propósito de su vida cambió también su nombre. Es decir, el nombre tiene que ver con la esencia, el propósito y la función de cada individuo.
Isaac tuvo dos hijos: Esav y Yaacob. Esav fue el primogénito y por tanto le correspondía la bendición de su padre. Yaacob anhelaba esa bendición, que le correspondía a su hermano y con engaños logró obtenerla, suplantando así a su hermano. De acuerdo a la Concordancia Strong’s, la palabra hebrea Yaacob viene de la raíz que significa detener o engañar. Engañar a su padre, es exactamente lo que Yaacov hizo y lo que hasta ese momento había sido el propósito que dirigía su vida. Años después Yaacob toma la decisión de dedicar su vida y aferrarse a hacer la voluntad de Dios. En ese momento el propósito de la vida de Yaacob cambia y por consiguiente, también cambia su nombre. Ya no se llamaría Yaacov, el engañador y suplantador, sino Israel. Israel significa “el que lucha con Dios,” o “el que vence con Dios.” Y el resto de sus días Israel luchó con Dios a su lado, confiando en la promesa que hizo Dios a sus padres.
La cultura en la cual, la mayoría de nosotros, nacimos y crecimos es totalmente distinta en cuanto a los nombres. Cuando alguien decide dar cierto nombre a un hijo o a una hija, en ocasiones lo hace por ponerle el mismo nombre de alguien a quien aprecia. Pero principalmente se toma la decisión basándose en cómo se oye dicho nombre, es decir, simplemente porque le gusta el sonido. Se ignora por completo el motivo original o divino de tener un nombre que revele directamente la esencia y el propósito de nuestra vida y predomina el que simplemente suene bonito. Este pensar cultural de poner el énfasis de un nombre en el sonido ha evolucionado al grado de muchas veces querer “encajonar” el nombre del Todopoderoso en un sonido. He leído una gran cantidad de correos electrónicos, mensajes y comentarios de hermanos en la fe que promueven mucho el nombre de Elohim (Dios), basándose en cómo ellos creen que se debe pronunciar o cuál debe ser el sonido para pronunciar su nombre.
Dios hizo al hombre a imagen suya. Así como el nombre de un hombre cambiaba cuando cambiaba su propósito, reflejando su esencia, su propósito y su llamado, así mismo, el nombre del Todopoderoso refleja la esencia y la naturaleza de lo que Él es. Sólo al entender este punto el nombre del Eterno se convierte en algo mucho más importante que un sonido. Solo al entender esto podemos ver que la esencia de lo que Dios es NO puede contenerse en un solo nombre. Y sólo al entender esto podemos captar el por qué el Elohim (Dios) de Israel se ha manifestado a su pueblo con diferentes nombres, ya que cada uno corresponde a los diferentes atributos de la naturaleza intrínseca de lo que Él es. Se ha presentado a su pueblo con los nombres de PROVEEDOR, ETERNO, SANADOR, GUERRERO, PASTOR, TODOPODEROSO y muchísimos más, ya que cada uno es una característica de su grandeza que NO podemos, ni debemos enfocarla en un simple sonido.
Por este motivo, su majestad Yeshua, el hijo mismo de Dios, quien ha revelado a la humanidad el nombre del Eterno y quien es el único digno de portar el nombre del Todopoderoso, NO hizo énfasis en mencionar de cierta manera o con cierto sonido el nombre de su Padre. Dio a conocer el nombre divino revelando la naturaleza y la esencia de lo que Dios es. Por dicho motivo, la forma principal que ocasión tras ocasión utilizó Yeshua para referirse al Todopoderoso y enseño que así se le nombrara fue Abinu ShebaShamayim, que traducido es, Padre nuestro que estás en los cielos, dando así a conocer el principal atributo o naturaleza de Dios que es ser nuestro PADRE.
Muchas veces el tema de cómo es la correcta pronunciación del nombre lejos de traer interés por el llamado que Dios nos hace, se vuelve en un tema de confusión y controversia. Por este motivo te invito a que juntos aprendamos el NOMBRE de Elohim, no haciendo énfasis en la correcta pronunciación, sino haciendo énfasis en experimentar cada una de las hermosísimas características de la naturaleza de nuestro creador que son las que revelan su NOMBRE.
He decidido nombrar esta página de internet NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE porque creo firmemente lo que escribió el apóstol Pablo (Shaul) de que el Padre Celestial dio a su hijo Yeshua un nombre que está por encima de todos. Es decir, el propósito y la esencia de la vida de Yeshua están muy por encima de cualquier otro. Asimismo, creo enérgicamente que la única manera en que podemos llegar a conocer el nombre del Padre en toda su plenitud es por medio de su hijo Yeshua, ya que de acuerdo a Hebreos 1:3, “Él es la esencia misma de la sustancia” del Padre.
Por último, aquí les dejo el link para un análisis muy detallado del Nombre y cada uno de los atributos del Todopoderoso, que elaboró mi amada hermana en la fe Leticia Becerra Perea, en donde se demuestra que el Nombre de Elohim históricamente NO se ha limitado a una sola pronunciación.
Para acceder Solo haz click en el boton de abajo.
Shalom,
Aj Lendo
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