Al mes cuando salió el pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, se le llamó Abib porque era el tiempo del año en que estaba espigando la cebada. Esto lo podemos leer claramente en el relato del éxodo. Cuando El Eterno enviaba las plagas a los egipcios para que su pueblo quedara libre de la esclavitud, mandó plagas; y con una de las plagas se daño la cosecha:

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El lino, pues, y la cebada fueron destrozados,

porque la cebada estaba ya espigada (Abib), y el lino en caña.

   Éxodo 9:31                     

El dato importante aquí es que nos dice que LA CEBADA ESTABA YA ESPIGADA y usa la palabra hebrea Abib para decirlo. Eso significa que cuando salió el pueblo de Israel de la esclavitud, es cuando la cebada estaba en estado de abib, es decir, que ya habían brotado las espigas y estaban en su etapa de maduración. Dado a que la mayoría de las personas no nos dedicamos a actividades agrícolas, echamos de menos las señales que el Todopoderoso nos ha dado mediante las cosechas anuales. Obviamente son muy importantes, al grado de que para ubicarnos en el calendario de Dios necesitamos familiarizarnos con la cosecha de la cebada, específicamente cuando esté en estado de abib y así podremos identificar el primer mes del año.

Es importante recalcar que cuando una planta de cebada va creciendo llega el momento en que dicha planta crea espigas. Esas espigas con el tiempo maduran y de ahí se obtiene el fruto. El proceso de maduración de la espiga va por etapas. Abib es una palabra en hebreo que hace referencia a la etapa de crecimiento de la espiga cuando está casi lista para madurar. Si lo ponemos en tiempo, al llegar al estado de abib, la espiga estaría madura en aproximadamente dos semanas y lista para ser cosechada.

Es muy importante tener en cuenta de que antes de comer el fruto de la cosecha, el pueblo tendría que dar la primicia del fruto al Todopoderoso. Y para la entrega de esta primicia el Todopoderoso estipuló un día especifico que era dentro de la semana de los panes sin levadura, justo a mediados del primer mes. Esto significa que una vez identificando la espiga en estado de abib, se necesitarían por lo menos dos semanas para que la espiga pudiera madurar y así ser presentada como primicia en tiempo, de acuerdo a lo establecido por el Padre Celestial.

Si la cebada dio sus espigas en un mes que ya había iniciado, lógicamente ese mes NO podria ser el primer mes por una de dos razones:

1. Si la cebada dio sus espigas antes de mediados de mes, que es cuando Dios ordenó a su pueblo a presentar las primicias, NO IBA A HABER SUFICIENTE TIEMPO PARA QUE LAS ESPIGAS MADURARAN; y NO las iban a presentar si no estaban listas.

2. Si la cebada dio sus espigas después de mediados del mes, que es cuando Dios ordenó a su pueblo a presentar las primicias, LA FECHA PARA PRESENTAR LAS PRIMICIAS HUBIERA PASADO y eso no es congruente.

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La única manera congruente de declarar el primer mes del año para poder cumplir con las las especificaciones que el Todopoderoso dio es la siguiente:

1. Observar con atención los campos de la tierra de Israel para identificar la cebada ya espigada, es decir en estado abib. Así ya tendremos la señal que apunta hacia el primer mes del año bíblico.

2. Ahora, sólo necesitamos identificar la luna nueva, que es cuando está totalmente oscura. Así ya tendremos las dos señales que el Todopoderoso nos dejó como referencia para identificar el primero de los meses del año.

3. De esta manera aseguramos que las primicias de la cebada serán presentadas en tiempo y forma tal y como lo estableció el Padre Todopoderoso.

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Es increible como Dios pide a su pueblo que para ubicar el inicio de año, su pueblo busque una señal en la tierra, que es la cebada. Después esa señal terrenal tiene que aliniarse a otra señal en el cielo, que es la luna; y sólo así podemos declarar el inicio. Esto es una clarísima referencia a nuestra vida. La señal terrenal, es decir la espiga, representa al hombre, ya que somos los terrenales. La señal que está en los cielos, la luna, en este caso representa al Todopoderoso que está en los cielos. Ahora, lo más precioso es que nosotros, los terrenales necesitamos alinearnos al que está en los cielos y así comenzará  nuestra vida eterna. También es evidente de que así como la espiga anuncia a la señal que esta en los cielos, asimismo nosotros, los terrenales, debemos anunciar la grandeza del Todopoderoso que está en los cielos.

Mencioné al principio de este escrito que hoy tengo una muy clara y fuerte conviccion de este tema y eso se debe a los puntos que aquí señalo. Creo que la información aquí presentada es totalmente congruente con la Palabra de Dios. La clara convicción que hoy tengo NO es porque me haya convencido algún rabino, o algun pastor, o alguna persona. El único que me ha convencido de entender sus tiempos es el Todopoderoso mismo con las hermosas señales que nos ha dejado. No cabe duda de que El Eterno es maravilloso y su creación por consiguiente es sobrenatural y maravillosa.

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El Eterno les guarde y les bendiga.

Por 

Aj Alberto "Nathan" Lendo